En la intervención de Susana Moreu relativa a las pantallas de plama surgió un diálogo muy vivo, que mostró el acierto de Cooperación Social en la elección de los temas tratados. Traemos aquí, como muestra, una carta publicada en el diario Ideal de Granada, el 27 de mayo, que recoge alguna de las ideas tratadas en la conferencia.
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De los electrodomésticos a las pantallas indómitas
Me contaba un amigo que parando el coche ante un semáforo en rojo observó como su hijo de ocho años extendía la mano derecha a modo de pistola y simulaba con los labios el ruido de un disparo. Asombrado, le preguntó ¿qué haces? El niño contestó, Papá, en el juego, matar a una señora embarazada puntúa 10.
Así como los electrodomésticos nos invadieron en su día como mascotas y fueron una liberación generalizada; las actuales pantallas de plasma se parecen más a animales salvajes sobre los que es preciso ejercer un proceso de doma. La singularidad está, en este caso, en que se trata una auto doma es decir, de un autodominio. La tele, la play, el pc o internet y sus derivados, y el móvil son magníficos instrumentos, pero su uso no requiere simples conocimientos físicos, externos podríamos decir, como en el caso de los anteriores electrodomésticos, requiere madurez psicológica y pautas de autocontrol, porque nadie esta exento de recibir un zarpazo o una dentellada, que quizá tenga consecuencias irreparables.
Ahora, por ejemplo, está haciendo furor Second Life, un juego en el que uno crea su doble virtual ignorando defectos y adquiriendo las habilidades que admira. Se comprende que la vida real sea cada día más cruda para estos jugadores y que queden enganchados en la irrealidad: la violencia, el sexo y la cultura del pelotazo es lo que priva, pero se desea al instante y sin el esfuerzo de lograrlo. Este tipo de conducta podría compararse a la del uso de un moderno electro-schok que intermitentemente enviase descargas eléctricas al centro cerebral del placer. Pero la naturaleza humana requiere el esfuerzo y la superación para conseguir los pequeños logros y, entonces, disfrutar con ellos. JAB
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De los electrodomésticos a las pantallas indómitas
Me contaba un amigo que parando el coche ante un semáforo en rojo observó como su hijo de ocho años extendía la mano derecha a modo de pistola y simulaba con los labios el ruido de un disparo. Asombrado, le preguntó ¿qué haces? El niño contestó, Papá, en el juego, matar a una señora embarazada puntúa 10.
Así como los electrodomésticos nos invadieron en su día como mascotas y fueron una liberación generalizada; las actuales pantallas de plasma se parecen más a animales salvajes sobre los que es preciso ejercer un proceso de doma. La singularidad está, en este caso, en que se trata una auto doma es decir, de un autodominio. La tele, la play, el pc o internet y sus derivados, y el móvil son magníficos instrumentos, pero su uso no requiere simples conocimientos físicos, externos podríamos decir, como en el caso de los anteriores electrodomésticos, requiere madurez psicológica y pautas de autocontrol, porque nadie esta exento de recibir un zarpazo o una dentellada, que quizá tenga consecuencias irreparables.
Ahora, por ejemplo, está haciendo furor Second Life, un juego en el que uno crea su doble virtual ignorando defectos y adquiriendo las habilidades que admira. Se comprende que la vida real sea cada día más cruda para estos jugadores y que queden enganchados en la irrealidad: la violencia, el sexo y la cultura del pelotazo es lo que priva, pero se desea al instante y sin el esfuerzo de lograrlo. Este tipo de conducta podría compararse a la del uso de un moderno electro-schok que intermitentemente enviase descargas eléctricas al centro cerebral del placer. Pero la naturaleza humana requiere el esfuerzo y la superación para conseguir los pequeños logros y, entonces, disfrutar con ellos. JAB
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